miércoles, 25 de abril de 2007

ESTO LO CUBRIRÁ LA GARANTÍA, ¿NO?

Era una plácida tarde de domingo, el sol iba declinando lentamente mientras nos regalaba una cálida luz anaranjada. La temperatura era idónea para un descansado paseo por el agreste paisaje extremeño (la carretera de circunvalación, vamos). Me encajo una gorra, mis gafas de sol, el esposo a un lado y la perra al otro. Nada hacía presagiar la tragedia. Todo auspiciaba una relajada caminata, digestiva y sin tribulaciones. Mientras me dejaba acariciar por los rayos solares (que no me salga sangre de la nariz, pensaba), y espantaba con soltura algún incipiente mosquito de primavera (que no me entre la alergia, por favor, suspiraba), observaba serena las feraces tierras barrosas de olivos y viñedos (pedazo de casa que se ha hecho éste, qué bien ha quedado el nuevo parque de bomberos, a ver si abren ya el ambulatorio, desde luego, qué poco gusto poner una piscina encastrada en un patio tan pequeño….).

Paisaje tan bucólico me hacía recordar las églogas de Garcilaso; sonreía, embriagada por el recuerdo de sus endecasílabos, y evocaba el “beatus ille” tan sabiamente entonado por Fray Luis de León: “Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido…” ¿Qué más puede pedir una mujer valiente, un domingo por la tarde, que caminar acompañada de sus seres queridos, segura de que en esa horita va a perder los 500 g. de remordimientos que le ha instalado en la cartuchera ese donut a deshora? El can trota por entre las viñas, el paraje es propicio para disolver inanes diferencias conyugales… cuando de repente, tras unos minutos laxos de evasión, enfrascados en nuestras porfías… un chapoteo a nuestra espalda nos hace volver a la cruda realidad. Era un sonido de agua espesa, siendo pisoteada alegremente. Nos asomamos a la sima de tierra que han ocasionado las obras de la nueva carretera y observamos con horror las consecuencias de nuestro descuido como padres caninos: hete aquí a la Zampa, cual gorrino en su cochiquera, batiendo sus cuatro patas sobre el lodo de los charcos de abril, que, haciendo honor al refrán, de aguas cenagosas mil había rellenado la campiña.

Como es más elocuente una foto que mil discursos, la consecuencia la pueden ustedes contemplar en la imagen superior. Es aterradora, monstruosa, delirante. Un ciclista que pasaba por allí exclamó: ¡Ya tenéis entretenimiento para toda la tarde! Al malnacido me dieron ganas de “jutarle” a la Zampa tal como estaba, para que supiera lo que es entretenerse en la lavandería. El día antes la habíamos bañado. Contra el hábito adquirido de encontrar un culpable en el otro cónyuge, descargué la ira contenida en una sonora carcajada. Creo que era risa nerviosa. En momentos así, uno se caga en el anhelo de compañía perruna que le llevaron hasta la sierra madrileña a gastarse un dineral en una mascota con pedigree. Si le mando la foto a la criadora no tendrá excusa para devolverme el dinero, ¿verdad?

martes, 17 de abril de 2007

BIENVENIDO, CHIQUININO





Pepe, nacido el 16 de abril de 2007. 3 kg de peso. Es buenísimo. Más bonito que un "sanluis". Una medalla, como dice mi madre. Es el primer sobrino que va a decirme "tita". Una experiencia alucinante.

sábado, 7 de abril de 2007

INSOMNIO

(Relato nocturno)
Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas, cuatro ovejitas, vaya, no soy capaz de dormir, cinco ovejitas, seis ovejitas, siete ovejitas, ocho ovejitas, el recurso este de las ovejas a lo mejor da resultado, nueve ovejitas, diez ovejitas, once ovejitas, doce ovejitas, trece ovejitas, catorce ovejitas, quince ovejitas, aunque sea por aburrimiento, digo yo, que caeré dormido, dieciséis ovejitas, diecisiete ovejitas, dieciocho ovejitas, diecinueve ovejitas, veinte ovejitas, veintiuna ovejitas, qué paliza hoy en el bar, y qué pesados están éstos, veintidós ovejitas, veintitrés ovejitas, veinticuatro ovejitas, veinticinco ovejitas, veintiséis ovejitas, bueno, a lo mejor se me ocurre algo mientras intento dormir, veintisiete ovejitas, veintiocho ovejitas, veintinueve ovejitas, treinta ovejitas, treinta y una ovejitas, treinta y dos ovejitas, alguna idea para el artículo de la revista, treinta y tres ovejitas, treinta y cuatro ovejitas, treinta y cinco ovejitas, treinta y seis ovejitas, treinta y siete ovejitas, treinta y ocho ovejitas, es que a mí eso de escribir…. como que no, treinta y nueve ovejitas, cuarenta ovejitas, cuarenta y una ovejitas, cuarenta y dos ovejitas, cuarenta y tres ovejitas, que no tengo imaginación si no me fumo un porral, cuarenta y cuatro ovejitas, cuarenta y cinco ovejitas, cuarenta y seis ovejitas, cuarenta y siete ovejitas, en realidad…, cuarenta y ocho ovejitas, cuarenta y nueve ovejitas, cincuenta ovejitas, cincuenta y una ovejitas, incluso diría que no me gusta ni leer, cincuenta y dos ovejitas, cincuenta y tres ovejitas, cincuenta y cuatro ovejitas, cincuenta y cinco ovejitas, el foro de la antiliga a lo mejor, cincuenta y seis ovejitas, cincuenta y siete ovejitas, cincuenta y ocho ovejitas, cincuenta y nueve ovejitas, sesenta ovejitas, así que me va a costar trabajo darle al juanma algo decente para su fanzine, sesenta y una ovejitas, sesenta y dos ovejitas, sesenta y tres ovejitas, sesenta y cuatro ovejitas, sesenta y cinco ovejitas, sesenta y seis ovejitas, original, sesenta y siete ovejitas, sesenta y ocho ovejitas, sesenta y nueve ovejitas, setenta ovejitas, que no trate del último partido, setenta y una ovejitas, ni del o-game, setenta y dos ovejitas, setenta y tres ovejitas, ni de rol, setenta y cuatro ovejitas, ni del Counter Strike, no, no, setenta y cinco ovejitas, setenta y seis ovejitas, a lo mejor, setenta y siete ovejitas, si me meto en el pellejo de otra persona…, setenta y ocho ovejitas, setenta y nueve ovejitas, ochenta ovejitas, ochenta y una ovejitas, ochenta y dos ovejitas, sería una buena idea, ochenta y tres ovejitas, ochenta y cuatro ovejitas, pues, venga, a ver qué se me ocurre, ochenta y cinco ovejitas, ochenta y seis ovejitas, ya lo tengo, ochenta y siete ovejitas, haré… ochenta y ocho ovejitas, el relato, ochenta y nueve ovejitas, del insomne, noventa ovejitas, que una noche atormentada, noventa y una ovejitas, noventa y dos ovejitas, consiguió escribir un cuento, noventa y tres ovejitas, noventa y cuatro ovejitas, sin que le costara nada, noventa y cinco ovejitas, noventa y seis ovejitas, noventa y siete ovejitas, noventa y ocho ovejitas, noventa y nueve ovejitas, cien ovejitas…