He de deciros que estoy muy contenta con mi nuevo curro. Tengo un horario estupendo, y unos grupos con los que estoy muy contenta, a pesar de que soy tutora de un 2º de ESO, que requiere muchíiiiiiiiiiiisimo papeleo y continuos enfrentamientos con los alumnos, los profesores del grupo y los padres. Aunque la verdad, estar a las 14,30 comiendo en mi casa, no tiene precio.
Pero bueno, lo que os quería contar es la experiencia religiosa, casi mística, que tuve el pasado viernes en una clase de éstas de 2º. No sé si es que estos dos últimos años en Oliva me han embrutecido y desmoralizado tanto, que jamás pensé que podría encontrarme con una réplica semejante; el caso es que es para fliparlo. Me acordé de mi compañera, y gran amiga, Raquel, que me comentaba que este año, en el "Rodríguez Moñino" de Badajoz había ascendido de categoría profesional, pues los alumnos la llaman ahora "profesora" en lugar de "maestra" (o el más habitual "oye tú").
El caso es que la clase comienza con la lectura del tema 1 del libro de texto. El protagonista viaja a Nueva York y aterriza en el aeropuerto JFK. Yo, en plan maestra, les pregunto, pobre ingenua de mí (pensando en la ignorancia habitual de mis bachilleres oliveros), que si alguno sabía quién era ese tal JFK, tan importante como para dar nombre a un aeropuerto neoyorkino. Les pongo mi cara de incredulidad, y entre algunos comentarios de fondo, un simpático alumno con gafas, con una sonrisa de oreja a oreja, como de estar disfrutando como un enano con la pregunta, responde todo ufano: “Fue un presidente norteamericano que luchó contra la guerra fría”.
En ese momento, sin asimilar bien la respuesta que acababa de recibir, pensé para mí: pero qué guerra fría, si JFK fue el presidente asesinado en Dallas, esposo de Jacqueline y amante de Marilyn Monroe (¡jodidos programas del corazón que lo impregnan todo!).
Tras unos segundos de vacilación, miro a Álvaro, mi héroe de 13 años, y le digo, con la voz en un hilo: "Ejem, sí, sí, ¿y podrías explicarnos qué era eso de la guerra fría?”
Y él, en su salsa, vuelve a impresionarme: “Pues era el enfrentamiento que mantuvieron los Estados Unidos y la URSS después de la Segunda Guerra Mundial, y se llama guerra fría porque no hubo combate, todo se basaba en la ideología y el espionaje”.
Yo ya, completamente, extasiada, quería preguntarle si se quería casar conmigo, pero en un segundo de lucidez volví a la realidad, recordé mi edad, mi estado civil y mi profesión y simplemente le esbocé una sonrisa y le dije: “Ahora comprendo que quieras ser profesor de Historia”. Me di media vuelta, con el rabo entre las piernas, y les mandé un par de ejercicios del libro, completamente incapaz de seguir adelante con la clase.
Lo más alucinante es que no es el único que sabía la respuesta. Es la primera vez que se me da un caso semejante, yo había perdido la esperanza de que los chavales tuvieran alguna inquietud cultural, y ahora sólo pienso en disfrutar muchísimo de este curso que tengo por delante, lleno de expectativas.
Lo único que me da miedo es que no sé qué me queda por enseñarles a estos niños, creo que me van a comer por los pies…
5 comentarios:
Ay madre, qué miedino!! Oye, que os hagan ver a esos niños, a ver si les han abducido o algo, que eso muy normal no es!!!!!
Si es lo que tiene ascender de maestra a profesora!!!
Jajajaja, que bueno !!, creo que para la próxima vez deberías preguntar algo que estuviera directamente relacionado con lo tuyo, para curarte las espaldas. Antolo espabila que los niños crecen rápido, jajajja
ya te digo, oye chata que estas casada conmigo a ver si un chavalito de estos te va a enamorar...grrrrrr
Jajajaja!! Vete espabilando Antolo que un niño te va a robar a tu perica.Estos niños son unos sabicas........
Pues ya te vale teniendo una hermana profesora de historia. A ver si nos aplicamos, que te empiezas a acomodar. Por cierto, de donde ha salido ese niño? Vigílalo que puede ser un espía o algo de eso.
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